(Recordando a la escritora Carmen Martín Gaite)
Sin oscuridad, no habría luz.
Sin nubes, no nos haría felices el sol.
Sin la nada no existiría el todo.
Sin la tristeza no amaríamos la alegría.
Sin el pesimismo no sabríamos qué es ser optimista.
Sin el dolor no conoceríamos la felicidad.
Sin el vacío no adoraríamos el amor.
Sin el esfuerzo no tendríamos voluntad.
Sin la desesperación no habría lugar para ilusión.
Somos almas de nubosidad variable,
cada día en nosotros se nubla, diluvia, hace frío,
pero también sale el sol, con su luz y calor,
como cuando vemos a un árbol florecer,
o cuando escuchamos la música del mar,
y cuando nos reímos con nuestros amigos,
y miramos y amamos a nuestros seres queridos.
Somos almas de nubosidad variable,
pero también poseemos,
vientos de fuerza, ternura e ilusión,
que borran las nubes, las alejan,
y dejan pasar los rayos de vida.
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